Necesito este retiro de luz indirecta,
de invierno equivocado.
Esta herida, esta llaga abierta
aunque solo sea para observarme.
Digamos que ya sabía vivir con prisas
bajo la soledad blanca de mis sábanas
habitando en los palcos vacios o
protagonizando tertulias de cafe-bar.
Artista en el maquillaje retocado
y experta en el sabor amargo
de una noche desesperadamente larga.
Pero eso ya no me seduce.
Y me encuentro disculpándome
por elegir la sustancia,
el recogimiento, la temida pausa.
No me mireis así!
Esta también soy yo. Más todavía.
Estoy constelando sueños y tejiendo leyendas
batiendo los ingredientes
de una nueva vida
menos estrellada y mas luminosa.
Si vais a enfadaros conmigo escuchad:
hacedlo porque yo nunca tuve miedo
y no porque haya elegido sucumbir
a la versión mas complicada de mi misma.