Han pasado cuatro meses desde mi derrame cerebral. Los que me conocéis y me hábeis visto en este periodo sabeis que me encuentro muy bien, dadas las circunstancias. Solo unos pocos sabeis que, sin embargo, aún no he sido capaz de volver a escribir poesía, mi poesía, la que estaba conmigo desde siempre. Y tengo miedo, un miedo atroz a no ser capaz de volver a sentirla dentro, como un rio, como brasa ardiente en mis entrañas. Y la echo de menos, tanto, tanto, que no puedo explicarlo sino en un poema que no llega.
Y de repente, ayer descubro a Miguel Sanchez Robles. ¡ Ayer! Dios mio, que desfachatez la mia. Una mujer que se tiene a si misma por poeta no conoce a Miguel Sanchez Robles. Pues no. Pues si. Ahora ya le conozco, no, ahora le admiro, casi le venero. En su voz he encontrado la mia propia pero mas madura, más desengañada, más calmada en su desencanto, más profunda en su melancolía y casi, sin conocerle, le amo, como aman las doncellas a los principes en los cuentos de hadas. No, a los príncipes no, más bien a los héroes caídos.
Y he cogido el autobus de linea esta mañana, despues de dejar a mi hija sana y salva en su autobus escolar y he ido directa a una libreria del centro para comprar un ejemplar de Las palabras oscuras. Como poseída he buscado durante cinco minutos con el librero el único ejemplar que según el aún había en la tienda y cuando lo hemos encontrado, de rodillas, allí mismo he devorado los primeros poemas…pero, no es este un poemario que debe ser devorado. Mis disculpas.
Porque mas tarde, ya tranquila, sentada en una cafetería, acompañada de un vino blanco y un pintxo de langostino he leido con devoción cada uno de sus poemas y creedme, le he comprendido y le he sonreido como si fuera un viejo amigo. Cada verso ha acariciado una fibra de mi ser azotado y hambriento de belleza. Su poesía me ha penetrado como daga pero en vez de matarme me ha devuelto la vida y la alegría.
Miguel, Miguel, ahora se que lo que siento es mi voz y nunca podra callarse, ni con un derrame ni con mil, solo necesito tiempo, las horas y los dias que mi alma necesita para susurrarme de nuevo y la valentía para reconocer que quizás nunca llegué a escribir versos tan certeros como los tuyos pero que aquellos que yo escriba también serán mirada y serán refugio. Serán poesía. Serán mi vida.
Hola Leire, yo no tengo miedo a que no puedas volver a escribir esa poesía que tanto añoras volver a crear. El tono en el que está escrito el post, el contenido sigue saliendo de adentro. Igual que la recuperación física va poco a poco, ganando espacios y ampliando tus actividades hasta volver a tu situación óptima, también lo hará la anímica y tu capacidad de volver a escribir como antes, incluso mejor después de tu visita al otro lado.
Entrenamiento, empieza a escribir poco a poco, como si empezaras desde niña, seguro que lo consigues. La estaremos esperando.
Un abrazo muy fuerte.
Gracias Venan! Tu confianza es la mia. Avanzamos, aprendemos en el camino. Un abrazo amigo.
Coincido totalmente con vos, eso me genera a mí también leer a Miguel. Yo llegué más tarde a conocerlo, hace unos meses, y lo lamento por todo el material suyo que ya no voy a poder leer pero lo que puedo conseguir desde Argentina lo compro y lo disfruto mucho🥰
En el caso de este libro, que agradable sorpresa haber encontrado en la primer página una cita de Ale Pizarnik! Y en la primer poesía el placer de quedarme largo rato explorándola y saboreándola, sin ningún apuro por pasar a la siguiente. Realmente la buena poesía, la sustanciosa, se lee y se disfruta despacio…
También leí Algo pasa en el mundo, novela de su autoría, a la que considero un cofre lleno de verdades que no tiene desperdicio. Un refugio para nuestra vulnerabilidad y la extrañeza que podemos llegar a sentir en este mundo. Con una mixtura de pasajes que incluyen la picardía, la ironía, la ternura, la angustia, la indignación… Miguel tiene la capacidad de encontrar belleza incluso en lo que duele y en lo que asusta, y de meterse bajo la piel de los demás como si ya hubiera vivido sus destinos. Esta novela la leí y la releo con la misma sensación de identificación que la primera vez, la recomiendo ampliamente 🥰